viernes, 17 de agosto de 2007

Pisco desbordada.Escasez de agua y alimentos.


El reparto de la ayuda humanitaria se dificulta por las rutas afectadas tras el terremoto que ya dejó más de 550 muertos y miles de heridos. Centenares de cuerpos están regados en la plaza principal. La ministra de Transporte y Comunicaciones habló con Clarín.com luego de recorrer la zona del desastre junto al presidente Alan García. "Hay que preocuparse de la compra de ataúdes para que las víctimas tengan un entierro digno", dijo consternada.

En las calles de Pisco, miles de familias pasaron la noche a la intemperie. Para hacer frente al frío se abrigaron con algunas frazadas que lograron rescatar de sus precarias casas derrumbadas por el terremoto de 7,5 grados en la escala de Richter. Otros, que por salvar algunas pocas pertenencias fueron considerados "afortunados", montaron guardia ante el temor de saqueos y robos. El impacto del sismo también se refleja en los números. El Instituto Nacional de Defensa Civil reportó casi 17 mil viviendas destruidas en las regiones de Ica, Lima, Junín y Huancavelica, y calculó en más de 85 mil los damnificados. La ministra participó ayer a la mañana de la reunión de gabinete que convocó de urgencia el presidente Alan García. Desde su comando, el mandatario dio instrucciones a todos sus ministros para proceder ante la tragedia que se cobró más de 550 almas y luego se trasladó hasta la zona del desastre. Al arribar a Pisco, García le vio el rostro al espantoso terremoto. Con los hospitales desbordados, no había dónde ubicar los cadáveres ni a los heridos. Ahí estaba la Plaza de Armas, haciendo las veces de morgue mientras la gente le pedía a gritos ataúdes para sus familiares. "Hay una situación de dolor muy grande. La gente necesita agua, frazadas y colchones para pasar la noche. En general, hay muchas carencias", reconoce Zabala. "También hay que preocuparse de la compra de ataúdes para que las víctimas tengan un entierro digno". Pero además de las razones de ayuda humanitaria, una cuestión política rozó la tragedia. El presidente García se quejó públicamente una y otra vez por la interrupción del servicio telefónico fijo y móvil en varias ciudades del país, como Lima, lo que agudizó la preocupación de la gente al desconocer la situación de sus familiares. De inmediato, el Ministerio de Trasporte y Comunicación, se reunió con los operadores telefónicos (Telmex, Telefónica, Claro y Osiptel) para que expliquen porqué colapsaron los servicios telefónicos. A pesar de que las empresas adujeron que la red móvil no sólo cayó por el tema de congestión, sino además por el derrumbe de antenas y cortes de fluido eléctrico producto de la intensidad del sismo, la cartera de Comunicaciones anunció que realizará las investigaciones correspondientes para determinar la existencia de incumplimientos por parte de las privadas.
Clarín